Hacer lo que nos gusta

Esta semana, fue muy especial... muchas emociones y sentimientos se conjugaron dentro mío y de ese revoltijo, en un momento charlando pavadas me salió "Cuando QUIERA ser grande (si si, es algo que lo voy a decidir algún día) quiero ser como..." Mi inconsciente me traicionó! Pero me mostró la verdad de la milanesa!!!

Si! Cuando QUIERA ser grande, quiero ser como yo soy AHORA, vivir de lo que me gusta hacer!!!

También sucede que al píe de un cambio radical en mi vida, que implica ir a vivir a otro país, aprender otro idioma e insertarse en otra cultura, lo que se fortalece en mi interior, son las ganas inmensas de renovar mi creatividad y dejar mi curiosidad en libertad. La nostalgia me llevo a pensar y recordar sobre cosas que me gustaba hacer que fui perdiendo en el camino y que hoy lamento no haber seguido haciendo. Y quiero retomar todo eso y salir a conocer el mundo...

En apostar por hacer lo que nos llena el alma, se nos pueden ir los recursos, es cierto, pero acá me encuentro, ideando un plan...

Si, un plan para que mi trabajo principal que es la gráfica arquitectónica (el cual debo admitir que me encanta), le deje un lugar también a mis ilustraciones, a la natación (que es mi terapia), a cocinar cosas que engordan y a la música... tengo mi título de músico profesional de piano y hace como 12 años que no toco!!! Lo sé... Son muchas cosas quizás...

PERO PORQUE NO???

Si hoy en día desperdiciamos tantas energías en quejas y búsquedas interminables de soluciones que mágicamente mejoren nuestra vida, nuestro trabajo, o por el simple hecho de querer algo mejor, por qué no ocuparlas en conseguir 15 minutos para hacer algo que nos haga realmente felices??

15 minutos todos los días, son 1:45 horas por semana, que son 7:00 horas al mes, que son 84 horas en un año. 84 horas de felicidad al año... en verdad esos 15 minutos diarios nos alegrarían el resto del día, más que seguro... 

Entonces!! Esto deja de ser un problema aritmético y se convierte en una solución que de seguro nos hará sonreír un poco más todos los días, no solo 84 horas al año.

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